“You keep my soul in a dungeon”
El fuego arrasa con todo.
Cuando comenzaron los gritos, cuando las primeras llamas empezaron a dejarse ver, eso pensó.
Quieta, sentada en su cama, esa frase la cubría como un manto de piedad.
La desesperación de él la sacó de su éxtasis, llevándola afuera. Su ira y sus agravios se perdieron en su convicción, ya convertida en designio.
Veía derretirse en esas llamas multicolores todas sus pertenencias, conjuntamente con sus días de hastío y desazón.
Aferrada a su libro de fotos y escritos podía sentir cómo el vodka que los encarceló durante tantas décadas se evaporaba hasta desaparecer; y sus ojos lloraban; y su corazón sonreía.
¿Quién se atreve a juzgar lo que los seres aprisionan en sus venas?
Cada palabra dicha queda grabada en la memoria universal. Y sólo ciertos sonidos las extraen con maestría, mutándolas en consignas para continuar…
El fuego renueva todo.
…
Cla9
25.3.11