Si la maldad te sale por los poros como ríos de pus que manchan azulejos.
Si no podés salir sólo de la ciénaga putrefacta de tu ombligo.
Si no querés ver más allá de tus malditamente arqueadas pestañas.
Si no soportás el aroma de la paz.
Si tus entrañas crujen, agobiadas por tus ideas retorcidas.
Si hacés oídos sordos a los gritos de dolor.
Si tapás con groserías los silencios impotentes.
Si seguís permitiendo al gusano inmundo que te habita comerte la carne desde adentro.
Si te asquean las conversaciones amigables, los encuentros felices, las sonrisas sinceras.
Hacé entonces un manojo con tus víceras, y atálas con tus venas hasta que queden vacías de sus gases letales.
Luego claválas a tu cama con tus huesos astillados de tanto golpear paredes, hasta que queden fijas.
Y entonces dejá que tus sesos fluyan por tus orejas hasta que te pinten las nalgas de gris.
Así estarás listo para que ciertas aves se alimenten de tus órganos podridos, en un festín tanto fugaz como y desolador.
Y que el hilo de energía que se desprende de tu miserable vida se pierda en la nada, como perdiste el tiempo con tu estupidez.
Al menos así tendrá sentido tu rugido ronco, tus lúgubres monólogos, y todas las lágrimas derramadas.
Y posiblemente, tal vez, quizás, las almas que te rodean recuperen sus propias órbitas, ya casi olvidadas.
Cla9
26/01/2010
http://es.wikipedia.org/wiki/Nyarlathotep
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