…más que nunca te siento en mi sangre, cuando se agita por la injusticia.
Te veo en mi espejo, en mis manos, en nuestro arte.
Quince años después seguís presente como siempre, con mis ganas de abrazarte intactas; y mi admiración, que aumenta proporcional a mis entendimientos.
Todos mis enojos se encerraron en burbujas, que brillan con el sol de tu espíritu limpio.
Conservo tus anhelos, esperando ser testigo del milagro. Para entonces soltarlos y verte sonreír feliz.
Quince años después, puedo sentir el rayo que punzó tu corazón, la parálisis, la impotencia. Tu deseo de aferrarte a la vida que te mataba lentamente, esa que tanto te dolía….
Y aunque hay momentos que no soporto tu ausencia, tu energía me rodea como un chal de arco iris, como un escudo protector. Y tu mirada severa me hace sentir segura en este mundo incierto…
Hoy, quince años después, quiero seguir extrañándote. Quiero que tu obra viva en mí.
Y disfruto que tus palabras y tu voz sigan retumbando en mis entrañas, para nunca olvidarme quien soy.
.
.
Cla9
22/5/2010
Muy profundo amiga. Escrito con las yemas destellando. :)
ResponderBorrarMe emocionaste… que bueno poder sacar todo esto, poder decir, liberar todo eso que queda adentro, y tributar! Que bueno!!!
ResponderBorrarBeso nena, genial!
gracias d...!!!
ResponderBorrarlexX, sí, y está bueno escribotearlo!!! besosssssss
ResponderBorrarGenial, Claudia, muy sentido texto. Saludos.
ResponderBorrar