Vaivenes de río
totalmente desacompasados.
Oleaje y lluvia en emboscada.
Vértigo.
.
Como casi siempre,
la lancha de Prefe a sus pies.
Obvio. Todos lo conocían
y admiraban.
De allí al río Lujan y medio más, creo.
Y yo incrustada en los brazos aterrorizados de mi madre,
que calculaba el tiempo en que el río negro y cenagoso
tardaría en pasar.
.
Años pasaron y fue la misma historia,
solo que aluciné ver el agua filtrar en un cántaro,
y las moscas ocupando su lugar.
Fotos. Fotos y más fotos y anorexia.
La oscuridad era total.
Despertar con el sol detrás de las nubes
se podía decir un buen día.
Y mi padre retrasado.
Y mi madre en otro mundo.
.
Leña para la cocina económica,
(madrina era dueña y ama),
sol de noche para la cena
y cartas españolas para esperas
con rugidos de fondo, lentas y húmedas.
.
Río negro, que con el día se convertía en marrón.
Ese marrón que jalaba a zambullidas inconscientes,
(vaya enfermizo deleite).
El pavor ciego bajo la superficie.
Solo había que soportar
hasta que padre vuelva.
.
.
Cla9
23.7.19
el corazon se detubo en la garganta,,,largo tiempo la sabana que me rozaba era el agua,
ResponderBorrarte quiero ma
BorrarTe Extraño Clau,sabes quien soy ? Acordate de aquel diálogo de micro : yo: cómo te llamas ? Vos : CClaudiaMedinaCastro
ResponderBorrar¿? imposible. date a conocer si podés. gracias.
Borrar